El municipio de Villavieja (Colombia) presenta una conexión directa con el Desierto de la Tatacoa, dos principios que dan forma a Huila y su representativo “Valle de la tristeza” marcado por la historia que acontece a la cultura (En principio ruralmente dispersa).

Al recorrer las primeras instancias en base al recorrido de llegada al proyecto, se reconoce el ecosistema semiárido; el cuál se caracteriza por sus temperaturas calurosas y secas, la constitución de suelos propensos a la erosión y la distinta fauna y flora que se adapta a las condiciones de calor y falta de agua, permitiéndose así sobrevivir en un entorno de alta probabilidad de sequías e incendios forestales. En la segunda etapa se da inicio a la percepción del sitio y apropiación cultural, donde se adaptan estrategias de mobiliario capaz de generar sitio y sombra sin necesidad de desprenderse de su contexto inmediato, donde al hablar de una asociación de personas locales junto a la integración de visitantes nacionales y extranjeros que permite entornos de congruencia, dada por la apertura de visuales y capacidad de integrar entornos anexos para el desarrollo agroforestal que representa a las familias Villaviejunas. Ya pasado el recorrido, en su tercera etapa se llega al Oasis Relacional. Idea que parte de la posibilidad de regeneración natural que es expresa en el acceso mediante la especie arbórea del Higuerón, símbolo del proyecto que muestra la vitalidad que se puede ofrecer a su preexistencia y nuevos allegados a partir del nuevo volumen y su relación con el vacío, generando así un proyecto que acoge y se distingue del contexto de sitio de paso o “tierra de nadie” para conformar nuevos entornos colaborativos.

En la parte del acceso, entonces se encuentra la primera zona, el Área Polos, que expresa un espacio abierto capaz de reinterpretar las condiciones del terreno para generar asiento y a través de una gran estructura en “U” (teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece la Iguana Negra en su adaptación a sitios interconectados) tener la posibilidad de captar gran parte de los flujos de interacción entre usuarios (sin distinción), cultivos (para la exposición y continuidad de la labor agrícola) y captación lumínica (que permita la evaporación del aire en agua). Permitiendo conectar con otros dos espacios, constituidos por la estructura hecha a base de arcos triangulares: El Valle Agridero (Entorno para la producción caprina y ovina presente en las familias de la zona, con posibilidad de integración y producción turística) y el Área de reconocimiento (Donde los expositores son los locales, que parten de la enseñanza y generación de conocimiento (El espacio integra un trabajo de tierra, en el cual el cambio de nivel permite su valor y privacidad frente a los temas capaces a tratar, reflejando entornos preventivos como sucede con las excavaciones producidas por el Ratón de Campo frente a la llegada de rayos solares y nuevos fenómenos o agentes externos)). Así para concluir con un último espacio fomentado por las plataformas adaptativas en forma de arcos, con nombre “Área rotativa”, capaz de generar cambios físicos en la estructura a partir del fenómeno de la reflexión (haciendo alusión al cambio tonal de la piel de la Iguana Negra) que se ve expuesta con el agua recolectada por membranas destileras, presentes en los arcos triangulares (Hacia la base de los arcos se percibe una estructura de cerámica porosa y hacia la formación de cubiertas mallas higroscópicas, que provocan la captura y reinterpretación del aire en agua). En este espacio además de poseer características estructurales presentes a lo largo del Oasis R., se llega a establecer áreas para el posicionamiento de acciones emergentes, donde los flujos experienciales serían capaces de ocupar de diversas formas el lugar (al permitir que se ensamblen como piezas machihembradas las estructuras a base de tapia pisada (dada por la recolección de material arcilloso de la zona), permitiendo una asociación de estructura que pasa de un arco cerrado en su forma a uno abierto mediante un eje de rotación).

Para finalizar, el entorno se ve reinterpretado a partir de movimientos de tierra y de elaboración de estructuras en forma de rocas (hechas de estructuras de cerámica porosa que recuerda a las excavaciones en tierra que hace el Ratón de Campo y que tiene a su interior el Cactus Arepo), para producir el constante recorrido del agua a través y por al rededor del proyecto. Que, además permite su relación con las SbN (Soluciones Basadas en la Naturaleza) para ecosistemas semiáridos: 1.1 Gestión Integral del Recurso Hídrico con la capacidad de recolecta de ALL en meses de precipitación y la generación del recurso de agua a partir de la morfología y tratamiento de temperatura mediante la piel. Y el 1.2 Agricultura Climáticamente Sostenible, que desde la visión agroforestal permite la alternatividad y dinámica de nutrientes entre cultivos de los microecosistemas (que tienen la capacidad de reinterpretar la idea de suelo en búsquedas de producir su recuperación), en unión al silvopastoreo que genera un rendimiento agrícola a partir de la distinción de portes en la vegetación, que no es ajeno a la preservación de biodiversidad y actividades que realizan los locales en existencia del turismo zonal que representa a la cultura de Villavieja, Huila.