Proyecto: Centro Cultural Polifuncional. San Felipe Arte en Movimiento ART - MO SAN FELIPE - Bienal
Centro Cultural Polifuncional. San Felipe Arte en Movimiento ART - MO SAN FELIPE
Concepto del Proyecto
El Centro Cultural Polifuncional San Felipe Arte en Movimiento surge como una respuesta a la necesidad de fortalecer la infraestructura cultural en Bogotá, en especial en el barrio San Felipe, territorio que en los últimos años se ha consolidado como un distrito creativo espontáneo. Este sector, gracias a la presencia de galerías, talleres, estudios y festivales, se ha convertido en un epicentro artístico reconocido, sin embargo aún carece de un equipamiento cultural de escala metropolitana que articule, potencie y dé permanencia a las iniciativas existentes.
El proyecto busca llenar este vacío, generando un espacio estable y permanente donde confluyan el arte, la cultura y la comunidad, con un impacto tanto local como urbano que responda a la creciente demanda cultural de la ciudad. El concepto central parte de la comprensión de la cultura como motor de transformación urbana y social. En este sentido, el centro cultural no se concibe únicamente como una edificación, sino como un dispositivo vivo de prácticas, saberes y experiencias colectivas que fomentan la creatividad, la inclusión y la cohesión comunitaria. Su carácter polifuncional le permite integrar múltiples usos en un mismo espacio: auditorios, galerías, aulas-taller, zonas de experimentación, áreas verdes y espacios de encuentro ciudadano. Esta versatilidad asegura que el equipamiento se adapte a diferentes escalas de eventos y necesidades, desde pequeñas exposiciones hasta festivales culturales de gran formato, garantizando la vitalidad y sostenibilidad del lugar en el tiempo. El proyecto se construye sobre una triada conceptual que integra arquitectura, cultura y comunidad.
La arquitectura se concibe como el medio material que hace posible la interacción social y la experiencia cultural, mediante un diseño consciente de las condiciones urbanas, ambientales y sensoriales. La cultura aporta el contenido vivo que llena de significado los espacios, desde las artes visuales y escénicas hasta la música, la literatura y las expresiones híbridas contemporáneas. La comunidad constituye el núcleo del proyecto, pues es la destinataria y coprotagonista de las dinámicas que allí se gesten. La articulación entre estos tres ejes garantiza que el centro no sea un contenedor estático, sino un espacio dinámico en constante evolución que responde a las necesidades y aspiraciones de sus usuarios. Narrativamente, la propuesta encuentra inspiración en el concepto japonés de ikigai, entendido como la razón de ser. Al igual que este principio integra pasión, vocación y propósito, el centro cultural busca convertirse en un lugar donde los individuos puedan descubrir y ejercer su ikigai a través del arte y la cultura. De este modo, la arquitectura se convierte en mediadora de experiencias significativas, generando espacios que despiertan emociones, estimulan los sentidos y construyen memorias colectivas. El recorrido por el edificio no se limita a responder funciones programáticas, sino que invita a la exploración, al encuentro y a la sorpresa, haciendo que cada experiencia sea única y personal. Desde el punto de vista técnico, el diseño se fundamenta en principios de flexibilidad, sostenibilidad y accesibilidad universal. Los auditorios se conciben con graderías retráctiles que permiten su transformación para diferentes actividades; las galerías se proyectan con espacios adaptables a distintas exposiciones y dinámicas; y las áreas abiertas se configuran para acoger desde talleres comunitarios hasta eventos masivos. La sostenibilidad se garantiza mediante estrategias bioclimáticas, el uso de energías limpias, sistemas eficientes de manejo de recursos y la incorporación de materiales locales que refuerzan la identidad cultural. La accesibilidad, por su parte, es un principio rector que asegura que el centro sea incluyente para todos los públicos, independientemente de su edad, género, origen étnico o condición física.
La propuesta también incorpora principios de arquitectura sensorial y neuroarquitectura, entendiendo que los espacios tienen un efecto directo en el bienestar, la creatividad y el comportamiento humano. Por ello se diseñan ambientes con iluminación natural controlada, materiales de diferentes texturas, sonidos que favorecen la concentración y zonas verdes que invitan a la pausa y la contemplación. La experiencia espacial se plantea como herramienta para estimular los sentidos y fortalecer el vínculo entre el individuo y el entorno, generando emociones positivas y memorias significativas. El proyecto se integra estratégicamente con el sistema urbano de la ciudad, particularmente con la futura línea del metro que atraviesa la zona, convirtiéndose así en un punto de encuentro metropolitano que conecta el dinamismo del barrio San Felipe con la red cultural y de movilidad de Bogotá. Este carácter nodal refuerza su papel como catalizador de procesos de revitalización urbana, generando impactos positivos en el entorno inmediato y atrayendo nuevas dinámicas sociales, culturales y económicas. Al mismo tiempo, se propone la consolidación de un corredor verde que atraviesa el centro cultural y su área de influencia, respondiendo a la necesidad ambiental de reverdecer la ciudad y mejorar la calidad del aire. De esta manera, el proyecto se convierte en un articulador de lo cultural y lo ambiental, ofreciendo un espacio que integra naturaleza, arte y ciudadanía. El concepto reconoce además la importancia de preservar y potenciar la memoria colectiva de San Felipe. El barrio, que en el pasado fue residencial y luego industrial, hoy vive una transformación cultural que merece ser consolidada. El centro cultural se propone como un espacio que celebra esta continuidad y transformación, integrando pasado, presente y futuro en un relato arquitectónico coherente y significativo. Con ello, se fortalece la identidad local y se proyecta hacia la ciudad, consolidando a San Felipe como epicentro cultural y referente de inclusión, diversidad y creatividad. Más allá de su dimensión física, el centro cultural se plantea como un faro social y cultural. Busca revitalizar el tejido comunitario, estimular la participación ciudadana y generar oportunidades tanto para artistas emergentes como para creadores consolidados. Sus impactos se reflejan en la creación de nuevas dinámicas de aprendizaje y encuentro, en el fortalecimiento de la economía cultural y creativa, en la promoción de la diversidad y la inclusión, y en la construcción de un sentido de pertenencia y orgullo local.
En conclusión, el Centro Cultural Polifuncional San Felipe Arte en Movimiento se concibe como un proyecto que articula la escala arquitectónica, cultural y comunitaria. Es un espacio metropolitano que responde a las carencias de Bogotá en materia de equipamientos culturales, al tiempo que celebra la riqueza artística de San Felipe. Su esencia radica en la integración de flexibilidad, sostenibilidad, accesibilidad e identidad, convirtiéndose en un catalizador urbano y social. Más que un edificio, es un espacio vivo que transforma y es transformado por la comunidad, donde la arquitectura se convierte en cultura, la cultura en comunidad y la comunidad en movimiento.
Ficha técnica
o Tutor: Germán Emilio Sanmiguel Arango
o Año: 2024 o Materiales: NA
o Reconocimiento: Mención de Honor al Trabajo de Grado 2024
|
|
|
|
|
|