Participante: Juan pablo lozano - Bienal
Juan pablo lozano
Proyecto(s): Centro Lúdico Infantojuvenil
Mi nombre es Juan Pablo Lozano, tengo 22 años y soy estudiante de noveno semestre de Arquitectura en la Pontificia Universidad Javeriana.
Desde mis primeros semestres descubrí que la arquitectura no era solamente una disciplina técnica, sino un lenguaje para comprender y transformar el entorno. En ella encontré la posibilidad de conectar mis intereses por el diseño, la ciudad y la experiencia humana, entendiendo cada proyecto como una oportunidad para generar impacto positivo.
La universidad me ha ofrecido un espacio de constante exploración. Cada taller, curso y proyecto ha sido un ejercicio de descubrimiento sobre la relación entre la arquitectura y el contexto social, cultural y ambiental. En este proceso he comprendido que diseñar no significa únicamente crear formas atractivas, sino también imaginar sistemas capaces de responder a las necesidades de quienes habitan los espacios. Considero que la arquitectura es, ante todo, una herramienta de servicio, y que su valor radica en la capacidad de crear lugares que fomenten la convivencia, la accesibilidad y el sentido de comunidad.
Uno de los aprendizajes más significativos de mi trayectoria ha sido la importancia de observar con detalle. Para mí, el proceso proyectual comienza en el análisis: entender cómo se mueve la gente, cómo interactúan los espacios con el entorno y qué tensiones existen en el territorio. De esa observación surgen ideas que no buscan imponer una forma, sino dialogar con lo existente y abrir nuevas posibilidades de uso. Esta visión me ha llevado a interesarme especialmente por proyectos que conectan la ciudad con su paisaje. Además de la formación académica, he tenido la oportunidad de participar en concursos de arquitectura, experiencias que me han permitido poner a prueba mis ideas en escenarios exigentes y competitivos. Estos procesos me han enseñado a trabajar con precisión, a sintetizar conceptos en propuestas claras y a comunicar proyectos mediante herramientas gráficas y narrativas sólidas.
Más allá de los resultados, cada concurso ha sido un ejercicio de aprendizaje que me impulsa a seguir perfeccionando mis habilidades y a proyectar mi carrera con visión internacional. Esa proyección se ha visto enriquecida por las oportunidades de viajar y realizar un intercambio académico fuera del país, donde pude conocer de primera mano otras culturas y formas de entender la arquitectura. Esta experiencia me permitió comprender que el diseño no se limita a un contexto local, sino que está atravesado por visiones diversas, modos de habitar distintos y relaciones únicas entre sociedad y territorio.
Haber recorrido diferentes ciudades, visitado proyectos de referencia y convivido con estudiantes y profesionales de otros países amplió mi mirada sobre la disciplina y me brindó nuevas herramientas para aplicarlas en mi práctica.
Mi propósito a futuro es consolidar una trayectoria profesional en la que el diseño arquitectónico se convierta en un vehículo para conectar la ciudad con las personas y con su entorno natural. Aspiro a trabajar en proyectos que no solo respondan a necesidades inmediatas, sino que también inspiren nuevas formas de habitar y de relacionarnos con los espacios.
Hoy, como estudiante de noveno semestre, me encuentro en un punto de transición hacia la vida profesional. Estoy convencido de que cada reto académico, cada concurso y cada experiencia internacional ha sido una preparación para asumir con responsabilidad los desafíos de la práctica arquitectónica. Mi meta es seguir creciendo en este camino con una actitud abierta, crítica y comprometida, siempre con la convicción de que la arquitectura puede ser un agente real de transformación social y cultural.